SEGUNDA PERFORMANCE-CLAUSURA DE LA III BIENAL DE FLAMENCO DE MÁLAGA EN ESTEPONA

7 SEPTIEMBRE 2013 A LAS 22,00 HORAS. LUGAR: EL PATIO DE ESTEPONA

Comisariada por Conchi Álvarez

Cantaora: Ana Fargas

Pinturas: Conchi Álvarez

Guitarra Flamenca: Paco Javier Jimeno

Piano Flamenco: Sergio Monroy

Percusión: Chico Fargas

Las niñas: Sara Rodríguez y Paula Ayllón

Coordinador: Manuel Rodríguez

Técnico de luces y sonido: Paco Heróla

Grabación en directo, edición y postproducción performance: Sergio Serrano

EL CANTE SE HACE COLOR II

La segunda performance de “El Cante se hace Color” es la consolidación de un proyecto que surgió a partir del encuentro entre dos artistas, la cantaora Ana Fargas y la pintora Conchi Álvarez. Las pinturas de la serie sobre la mujer flamenca de Conchi fueron el punto de partida para mover la inspiraron de Ana quien, en una performance privada en el estudio de la pintora, volcó todo el torrente creativo de su mágica voz, impulsando a su vez en la retratista una catarata de inspiración que se canalizó y focalizó en la figura de Ana, y fue así que, el cante se hizo color en cuatro obras: “Ana”, el retrato de la cantaora; “Magnificat”, paradigma del cántico femenino de alabanza en clave flamenca;

“Quejío”, plasmación del sentimiento más hondo, la desgarradora seguiriya, y “Debla”, la diosa flamenca. Ese diálogo en femenino constituyó la primera performance, que tuvo lugar en Stoa, en el que la protagonista fue La Fargas, acompañada a la guitarra por el maestro Paco Javier Jimeno, con el telón de fondo de doce pinturas de Conchi sobre la mujer flamenca, a las que se sumaron los cuatro acrílicos sobre tabla, específicamente sobre Ana.

El impulso para la segunda performance surge de Ana con motivo de la clausura de la III Bienal de Arte Flamenco de Málaga, en Estepona. Todos los actos de esta Bienal se celebraron en El Patio, un exquisito lugar de encuentro para los amantes del arte flamenco. Por eso la segunda performance de “El Cante se hace Color” tuvo lugar en El Patio, el 7 de septiembre, a las 22,00 horas, contando con la presencia y apoyo de autoridades y representantes institucionales.

La propuesta de Ana entusiasma a Conchi y pone en marcha la máquina creativa en un proceso desbordante en el que es difícil sistematizar tantas y tan buenas ideas. La sintonía entre ambas artistas es tal que, sólo necesitan una mirada, un gesto, el comienzo de una palabra o de una frase y el guión parece escribirse solo, a velocidad de vértigo, como si la inspiración, instalada entre ellas, fuese la conductora. Al introducir Ana en la narración a dos de sus alumnas, la inspiración adopta forma antropomórfica: una rubia beldad en el caso de la pintura, y una morena belleza para el flamenco. Dos niñas adorables que, rápidamente, se incorporan a la composición general aportando una frescura y riqueza escénica extraordinarias.

En esta segunda performance toda la pintura se centra en Ana Fargas, pues ella reúne en su arte todo el mundo femenino, sumándose tres obras nuevas a las cuatro del primer “El Cante se hace Color”. La más personal, profunda y sentida es, sin duda, “La Nana Flamenca”, la canción de cuna de una madre invadida primero por la tristeza, el miedo, el dolor, dando paso, después, a la esperanza, al optimismo vital, conformándose en un cántico universal sobre la maternidad. Pintura y Cante unidos en una empatía profunda generadora de una pieza musical emblemática. “Enamorándote” recrea la esencia de la seducción femenina: un giro, un etéreo vuelo de mantón…y sólo una mirada para seducir al hombre amado. “¡Entérate!”, en cambio, es la advertencia al amado dentro del juego de la seducción.

Ana compone y plantea un programa magnífico en el que el maestro Jimeno va tomando más y más presencia y parte, en el que se han ido sumando más intérpretes y creadores, Sergio Monroy al piano y Chico Fargas en la percusión, logrando un espectáculo redondo, de una belleza sublime e impactante por la riqueza y hondura de sentimiento, así como la excelencia en la ejecución. “El Cante se hace Color” se ha convertido en una nave en la que Ana y Conchi son llevadas por el río de la creación. Una nave en la que la inspiración lleva el timón y…no se sabe el puerto de destino.

Conchi Álvarez

Comisaria de la performance