Es la segunda exposición individual de Eric Aman en la galería STOA, comisariada por Conchi Álvarez. Desde el 18 de septiembre al 16 de noviembre de 2018.

Este artista francés, nacido en Argelia, comenzó su formación en Francia, donde surgió una enorme fascinación por el clasicismo francés que terminaría por llevarle, indefectiblemente, a Italia, la cuna del Renacimiento y el redescubrimiento del mundo clásico. En Italia vivió y trabajó durante 17 años, desarrollando una carrera artística con premios y exposiciones muy importantes, y su vinculación con Italia aún sigue, pues mantiene taller en Carrara. Por motivos familiares Eric viene a España, donde actualmente vive y trabaja, concretamente en Málaga. Málaga ha aportado a Eric la luz del sur, la calidez de  sus gentes, y esa magia que sólo existe en las riberas del Mediterráneo. Un hechizo que embarga y seduce con su canto de sirenas al Odiseo creador que se atreve a adentrarse en él.

Desde la primera muestra en STOA, “Potencia plástica”, en 2014, se ha producido un cambio significativo en la obra de Eric. Las esculturas de bronce que conforman “Iconología” son el resultado de una reinterpretación muy personal de las descripciones y consejos que Cesare Ripa escribió a finales del siglo XVI, en el libro homónimo, “Iconología”, un referente durante siglos para la representación plástica de las alegorías. Personificar conceptos, valores, ideas, virtudes, vicios por medio de la representación figurativa, es un reto difícil en el que este clásico sobre la teoría de las imágenes, es la puerta idónea para intentar abordar el mundo de las alegorías y la elaboración de nuevas mitologías, proyecto en el que está trabajando este escultor desde hace cuatro años. El resultado son figuras antropomórficas que tienen un engañoso aire fílmico de alienígenas. Para Ripa, toda alegoría debe ser enigmática y no debe ser fácilmente entendida, y los bronces de Eric son así, enigmáticos y de difícil comprensión, pues son esculturas epigráficas en las que aparecen incisos letras y signos de antiguos alfabetos no descifrados, como el etrusco o el ibérico, cuya lectura es posible, pero no su traducción. Al igual que Ripa usó para su libro numerosas fuentes de información, enfatizando en la mitología clásica, Eric recurre a múltiples canales, producto de su formación eminentemente clásica. Estas alegorías y seres mitológicos, realizados en bronce a la cera perdida, piezas únicas, son el resultado de un eclecticismo que parte del clasicismo francés, bebe del Renacimiento italiano y sus “revivals”, y se funde y  fusiona en España con toda la creatividad que palpita y crece en el Sur.