La Semana Santa ha sido una de las celebraciones más importantes en el calendario de fiestas de España, y con una importante trascendencia en el mundo del Arte. A lo largo de los siglos la Iglesia propició la representación iconográfica de todos los personajes involucrados en esta fiesta católica, acudiendo a los mejores escultores y pintores para poder ilustrar y acercar al fiel la narración bíblica. Pero conscientes de la importancia teológica de la pasión y muerte de Cristo, orquestaron una performance inigualable en la que las imágenes salen de las iglesias en procesión, portadas y flanqueadas por devotos cofrades para llegar y conmover al fiel, epatar al espectador.
Esta exposición plantea una mirada más, de las muchas posibles, a partir de las visiones contrapuestas de tres artistas. No son muchos los creadores actuales que se inspiran y trabajan en este tema, pero los escogidos sobresalen por ofrecer obras cargadas de fuerza, originalidad y narrativa.
Es la primera vez que expone en España el zuriqués Franco Scalese, artista multidisciplinar, de profundas raíces italianas. Participa en esta muestra con un total de ocho obras, esculturas-instalaciones de pequeño tamaño, siete de bulto redondo y un relieve pictórico, y de las que, siete, son Cristos Crucificados. Siete, número simbólico, como las siete palabras que Cristo pronunció antes de morir y que en España se rememoran en el Viernes Santo de la Semana de Pasión. La otra, una Biblia en alemán sumergida en el mismo medio que los Cristos, una resina transmisora de todo su mensaje.
Joaquín Molina, artista sevillano, colaborador de la galería desde hace años, también se centra en la figura de Cristo. Destaca la escultura de un Nazareno de bulto redondo, en terracota, perteneciente a la corriente más clásica y expresionista de la imaginería sevillana. Y como ya es habitual en su obra, pues es una filosofía de vida que comparte, Crucificados en clave culturista en dos técnicas muy distintas: un dibujo de un Crucificado en jeans, y cuatro obras digitales con el enfoque en un Cristo Cósmico
Frente a estos dos creadores, centrados en el indiscutible protagonista de esta efeméride, la figura de Cristo, la obra de la tercera artista, Conchi Álvarez, que dirige su foco de atención a los cofrades, en esta ocasión los niños, convertidos en estrellas de esta representación. Es el tema de la “traditio”, el paso de esta antigua costumbre a las nuevas generaciones de una forma magistral. Un total de 26 obras, tres óleos y el resto acrílicos, catorce sobre tabla de varios tamaños y nueve pequeños apuntes sobre papel.