LA ALCAZABA QUE AMO

 LA ALCAZABA QUE AMO 

Exposición individual de Conchi Álvarez, comisariada por la propia artista

Es la segunda exposición individual de la artista en la galería Stoa de Estepona. “La Alcazaba que amo” es un ejercicio narrativo relatado en primerísima persona dado que coinciden artista y comisaria de la muestra. Constituida por unas cuarenta obras, en su mayoría acrílicos sobre tabla y el resto en óleo sobre lienzo, predominan los grandes formatos.

El tema es la continuación temática de la primera individual de la misma artista en Stoa en los meses de agosto y septiembre de 2009, “Retazos Andalusíes”, una muestra de trece pinturas de gran formato.

Todas las obras captan instantes vividos en la Alcazaba de Málaga, la mágica fortaleza musulmana deudora del pasado romano y reinterpretada a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Prototipo del eclecticismo afín a todo lo andalusí, es fruto de la coexistencia pacífica de tres culturas, y para la autora, todo un ejemplo y modelo de simbiosis cultural en todo el orbe musulmán. Ese crisol de culturas y sincretismo, practicado en infinidad de ámbitos, alumbró en lo artístico esta alcazaba malagueña en la que prolifera por doquier el material de acarreo, mayoritariamente romano que, lejos de estorbar, enriquece, ensalza y honra el resultado final.

El tema pues, es paisaje, la composición, trampantojos en su mayoría. La autora no ha necesitado casi nunca bocetos, pues ha pintado “alla prima”, a partir de cada inspiración y con la certeza y convicción de lo que quería plasmar. Los colores son intensísimos y reconocibles en todas las piezas, siempre con la paleta optimista característica de su pintura. Están aplicados con pincelada suelta, sin titubeos, a veces frenética, propiciada, sin duda, por la técnica usada: el acrílico, y muchas veladuras ágiles y nerviosas, frecuentemente digitales. La luz, casi cegadora, responde a un luminismo sureño afín al mundo taifa que refleja atrapando para siempre su claridad a todo aquel que vive a orillas del Mediterráneo. Predominan las amplias perspectivas simulando ser espacios vistos desde uno de los «cuartos» de este palacio-fortaleza, también vistas panorámicas como la que ofrece la entrada principal a este conjunto palacial, o su subida en zigzag.  Espacios singulares son las penumbras de las puertas en recodo transmitiendo toda la musicalidad y frescura que el agua proporciona en el mundo andalusí. Inseparable de esta austera arquitectura es su complemento, la otra arquitectura, la del paisajismo aledaño y, por supuesto, la delectación en el urbanismo aleatorio y caótico de mágicas reminiscencias, siempre tan sugerente.

Ver inauguración «La Alcazaba que amo»

CONCHI-ALVAREZ
CONCHI ÁLVAREZ
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LA ALCAZABA QUE MIRA AL MAR

Acrílico sobre tabla

100 x 200 cm

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TRAS LA LLUVIA DE ABRIL

Acrílico sobre tabla

70 x 195 cm

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PROA DE NAVÍO

Acrílico sobre tabla

70 x 195 cm

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MIRADOR DE LA ALCAZABA

Acrílico sobre tabla

96 x 120 cm

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ARCOS POLILOBULADOS AL ATARDECER

Acrílico sobre tabla

191 x 65 cm

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SUBIDA A LA TORRE DEL CRISTO

Acrílico sobre tabla

195 x 70 cm

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AGUA NO POTABLE

Acrílico sobre tabla

120 x 96 cm

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LA HORNACINA OCULTA

Acrílico sobre tabla

70 x 50 cm