VOLTA NEW YORK 2024

VOLTA NEW YORK 2024

VOLTA NEW YORK 2024

Del 4 al 8 de septiembre

Nuestro proyecto para Volta NY muestra en diálogo las obras de tres artistas españoles que, a través del retrato pictórico figurativo, pero desde formulaciones muy diferentes, coinciden en representar la incomunicación social que propician las nuevas tecnologías. Desde esas personas que no son participantes activos de la vida social por la barrera tecnológica que supone la vejez, caso de las pinturas de Conchi Álvarez; el uso y abuso de esas nuevas tecnologías para aislarse, caso de los más jóvenes, como la muchacha en camiseta de Adidas de Salustiano; o por la barrera que suponen esas nuevas tecnologías para casi cualquier edad, convirtiendo al ignorante en impedido y discapacitado para la mayor parte de las gestiones diarias, como denuncian las piezas de Diego Cerero.

Diego Cerero es un joven artista que ha empezado a trabajar con STOA recientemente. Sus retratos atraen y sorprenden por la envergadura de las piezas, pero sobre todo por la enormidad de las cabezas que casi desbordan los lienzos. Utiliza una composición impactante con un solo elemento: el rostro, pues los fondos son neutros y casi planos. Lejos del género del retrato tradicional y más aún de los cánones clásicos, la nueva proporción que Diego plantea es de una cabeza colosal, de casi dos metros, que correspondería con una figura humana de 14 metros. Este gigantismo propicia maravillosamente el mensaje que Diego quiere transmitir, así como la gestualidad exagerada que suelen mostrar, pues es imposible sustraerse a su llamada de atención. Las miradas exorbitantes de sus individuos captan la atención del espectador involucrándolo inmediatamente. Es imposible no detenerse ante los inmensos rostros y empezar a hacerse preguntas sobre su posible significado. Diego consigue poner a “trabajar” al espectador no permitiendo que pase de largo por su obra, despertando el espíritu crítico dormido o anestesiado ante una realidad saturada de las incongruencias de la sociedad de consumo y el uso y abuso de las nuevas tecnologías. La juventud de Diego le permite un punto de vista privilegiado para observar y denunciar cómo el avance de esas nuevas tecnologías va relegando a personas aún activas que pasan a engrosar el nutrido grupo de individuos que se va aislando y frustrando por la imposibilidad de comunicarse, a través de retratos caricaturescos,  llenos de humor y  crítica inteligente.

Conchi Álvarez, artista y comisaria, plantea en la serie “viendo la vida pasar” retratos de los mejores observadores, los más genuinos, los ancianos. La mayoría de ellos, ya apartados de la vida activa, tienen por ello la consideración de  jubilados, y esta palabra, que viene de “júbilo”, implica enorme alegría y felicidad, aunque no suela ser así. Esta serie plantea diferentes maneras de “ver la vida pasar” cuando llega la Tercera Edad. Las suyas, hasta donde se ha llegado en esta serie, son personas del mundo rural, lo que significa que este problema de incomunicación propiciado por las nuevas tecnologías, está agudizado por vivir lejos de la ciudad. La artista sorprende a estos ancianos, habitantes de pequeños pueblos, algunos con menos de 100 habitantes, en momentos puntuales de gran sociabilidad, en las fiestas del pueblo, las más de las veces ensimismados, pero perfectamente extrapolables a los millones de ancianos que pueblan el mundo. Unas veces nos miran desde un mundo interior muy profundo, sorprendidos por nuestra presencia; otras, se zambullen en sus recuerdos porque ese es un activo que no les pueden quitar. Son personajes cargados de dignidad que observan desde una atalaya que sólo se consigue con el paso del tiempo, desde un espacio que ha ido atesorando años y años de experiencia vital. Algunos contemplan la vida desde la indiferencia, esperando plácidamente el momento final, otros añoran la juventud perdida, todos desde un aislamiento del “ruido” exterior, un mundo hostil en el que las nuevas tecnologías se convierten no en aliadas, sino en agresoras, atropellando el individualismo y la dignidad de las personas al relegarlas a la dependencia de otros para las tareas más sencillas.

Salustiano es un artista reconocido internacionalmente por unas pinturas ejecutadas con una técnica exquisita, que atraen y recuerdan el más puro sentido de belleza. El formato en tondo, o de forma ovoide, como en este caso, es un homenaje a las grandes piezas del Renacimiento italiano. Salustiano es un sacerdote de la belleza con una forma de pintar inequívoca, atemporal. Un clásico contemporáneo. Porque si en el Quattrocento podían clasificarse los pintores en dos grupos, los poetas y los científicos, Salustiano pertenecería a ambos. Sus obras constituyen un ejercicio de perfeccionismo técnico que podría recordarnos a Masaccio o Piero de la Francesca, pero también al lirismo de Fra Angelico, consiguiendo retratos clásicos, pero de una contemporaneidad rutilante. La mujer que presentamos de Salustiano sería un ejemplo del uso negativo de las nuevas tecnologías, de su despotismo. Enfundada en su camiseta Adidas, nos observa desde la indiferencia que produce el abuso de aquellas, para propiciar una distancia no sólo física, sino también de comunicación, enfundada en sus cascos. Su belleza atrae e invita al acercamiento del espectador, que sólo puede fascinarse con la perfección en la ejecución, pero que es consciente de que esa Venus contemporánea no está a su alcance.

SALUSTIANO

SALUSTIANO

ZAHARA MUSIC-SALUSTIANO-DET

And Earth will reach to infinity like before Galileo (Zahara Music) Det.

Pigmentos naturales y resina acrílica sobre lienzo

123 x 95 cm-48,4 x 37,4 inches

ZAHARA MUSIC-SALUSTIANO-COMPLETA

And Earth will reach to infinity like before Galileo (Zahara Music)

Pigmentos naturales y resina acrílica sobre lienzo

123 x 95 cm-48,4 x 37,4 inches

DIEGO-CERERO

DIEGO CERERO

NO SIGNAL WIFI CERERO DET

No signal Wifi. Det.

Óleo sobre  lino

195 x 114 cm

NO SIGNAL WIFI CERERO

No signal Wifi.

Óleo sobre  lino

195 x 114 cm

CONCHI-ALVAREZ

CONCHI ÁLVAREZ

PAPA VIENDO LA VIDA PASAR DET

Papá viendo la vida pasar. Det.

Óleo sobre lino

60 x 73 cm

PAPA VIENDO LA VIDA PASAR

Papá viendo la vida pasar.

Óleo sobre lino

60 x 73 cm